Ya es jueves ¡no puedo creerlo! Mi semana de vacaciones está a punto de terminar y ni un día he podido estar en casa viendo películas acostada, que es lo que según yo haría estos días, pero bueno han sido unos días interesantes.
El día de ayer miércoles 31 de marzo tuve la oportunidad de ir al concierto de Paul McCartney en el Hollywood Bowl donde habían tocado los Beatles hace mas de 40 años. Paul nunca fue mi Beatle favorito pero tengamos en cuenta que John y George ya pasaron a mejor vida y los únicos vivos son él y Ringo.
Claro, Paul me callo y me ultra callo y me dejo con la boca abierta en tan impresionante concierto, comenzó lento con una de sus obras como solista también canto canciones de cuando estaba con su banda wings pero lo mejor de la noche fue cuando toco música de los Beatles y porque otra razón estábamos ahí más que por tan legendaria banda como ellos. Hacia un frio horrendo pero la gloriosa música retumbaba en nuestros oídos mientras nos meneábamos de un lado a otro coreando canciones como “Hey Jude”, “Eleanor Rigby” y “Blackbird”. Casi se me salieron las lágrimas cuando le cantó a John y cuando cantó “Something” para George Harrison mientras ponían fotos de él en la pantalla trasera.
Un día inolvidable con mi familia, y a quien más que agradecer que a mi papá por hacer esto posible, este sueño hecho realidad, pues fue lo más cercano a escuchar a los Beatles en vivo y Paul claramente uno de los mas virtuosos de la banda logro una noche para recordar, con música que ha retumbado en mis oídos desde que era bebe y que permanecerá conmigo hasta que sea una anciana.
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